top of page

Estrés y Ansiedad

¿Qué son?

La ansiedad es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones de estrés, incertidumbre o peligro. Se manifiesta a través de una sensación de inquietud, nerviosismo o preocupación excesiva sobre eventos futuros. Aunque en pequeñas dosis puede ser útil para mantenernos alerta y preparadas/os, cuando se vuelve constante o intensa, puede afectar nuestra calidad de vida.

Image by Jeremy Bishop

Ejemplos cotidianos donde puede aparecer

  • Antes de un examen importante: Sentir una opresión en el pecho o dificultad para concentrarse al pensar en los resultados.

  • En el trabajo: La presión por cumplir con plazos ajustados o la incertidumbre sobre una reunión crucial pueden generar una sensación de agobio.

  • En situaciones sociales: Hablar en público o conocer nuevas personas puede provocar nerviosismo, sudoración o incluso evitar esas interacciones.

  • Al enfrentarse a lo desconocido: Cambiar de ciudad, empezar un nuevo empleo o tomar una decisión importante puede generar un estado de inquietud constante.

  • Por recuerdos o experiencias pasadas: Situaciones traumáticas, pérdidas o eventos difíciles pueden hacer que la mente reviva esos momentos, provocando una sensación de angustia incluso cuando ya han pasado.

Señales o Síntomas

La ansiedad y el estrés pueden afectar a las personas de diversas maneras, impactando no solo en la mente, sino también en el cuerpo y en el comportamiento. Sus síntomas pueden dividirse en cuatro categorías principales: emocionales, físicos, cognitivos y conductuales .

S. Emocionales

  • Sensación de inquietud o nerviosismo constante.

  • Irritabilidad o cambios de humor repentinos.

  • Miedo intenso o sensación de peligro inminente sin razón aparente.

  • Dificultad para relajarse o disfrutar de actividades placenteras.

  • Sentimientos de tristeza o desesperanza cuando el estrés se vuelve crónico.

S. Físicos

  • Palpitaciones o aumento del ritmo cardíaco.

  • Tensión muscular, dolores de cabeza o molestias en el cuerpo.

  • Problemas digestivos, como malestar estomacal, náuseas o diarrea.

  • Sudoración excesiva o sensación de calor/frío repentino.

  • Dificultad para respirar o sensación de opresión en el pecho.

  • Fatiga o falta de energía, incluso después de descansar.

S. Cognitivos

  • Pensamientos recurrentes de preocupación o catastrofismo.

  • Dificultad para concentrarse o tomar decisiones.

  • Mente en blanco o sensación de confusión.

  • Exceso de autocrítica o miedo al fracaso.

  • Sensación de que el tiempo pasa demasiado rápido o demasiado lento.

S. Conductuales

  • Evitar situaciones que generen miedo o estrés (por ejemplo, rechazar invitaciones sociales o posponer tareas importantes).

  • Hiperactividad o dificultad para quedarse quieto.

  • Hábitos nerviosos, como morderse las uñas, mover las piernas constantemente o jugar con objetos.

  • Alteraciones en el sueño, como insomnio o dormir demasiado.

  • Cambios en la alimentación, como pérdida de apetito o comer en exceso.

Image by Europeana

ACOMPAÑAMIENTO

QUIENES SOMOS

RECONOCE LAS SEÑALES

EL PROCESO

bottom of page